Adiferencia de la reciente ‘Dragonball evolution’, esta ‘Hannah Montana’ se muestra respetuosa con su origen televisivo. O sea, que es un capítulo estirado pero con los actores mucho más grandes, más música y un director un poco más imaginativo, aunque no mucho. Poco tiene que ver este Chelsom convencional y domado con el de sus comienzos. Tras un enérgico arranque, la película se alimenta del mismo humor simple de la serie, y aunque el guión tiene costuras más resistentes, el contenido tampoco va muy lejos y tropieza casi siempre en la misma piedra, a pesar de que se intenta con insistencia lavar la imagen superficial y un tanto tontaina de la protagonista haciéndola un poco más... ¿madura? Los espectadores adultos harán bien en mantenerse alejados de una peliculita que sabe muy bien a quién se dirige y no se aparta del guión ni un milímetro, aunque puede servir como información para saber por dónde van los gustos de una parte del público más joven. Miley Cyrus tiene una bonita voz, para qué negarlo, aunque las canciones no pasarán a la historia. En definitiva, cine comercial a tope, irrelevante y de olvido inmediato al que sería absurdo pedir algo más de lo poquito que da.
No hay comentarios:
Publicar un comentario